Detesto al lector que ha pagado por su libro, al espectador que ha comprado su butaca, y que a partir de ahí aprovecha el blando almohadón del goce hedónico o la admiración por el genio. ¿Qué le importaba a Van Gogh tu admiración? Lo que él quería era tu complicidad, que trataras de mirar como él estaba mirando con los ojos desollados por un fuego heracliteano. Cuando Saint-Exupéry sentía que amar no es mirarse el uno en los ojos del otro sino mirar juntos en una misma dirección, iba más allá del amor de la pareja porque todo amor va más allá de la pareja si es amor, y yo escupo en la cara del que venga a decirme que ama a Miguel Ángel o a E. E. Cummings sin probarme que por lo menos en una hora extrema ha sido ese amor, ha sido también el otro, ha mirado con él desde su mirada y ha aprendido a mirar como él hacia la apertura infinita que espera y reclama.
Julio Cortázar
2 comentarios:
Juan Soriano decía que nadie sentirá o pensara lo que el autor. Quizá él diría que escupiría a aquellos que dijeran entender o ver las cosas que veía el autor (que intentaba hacer ver. Dar a conocer). Como que le creo -when it comes to painting o música-. Y entonces pienso el arte así, sin transmisión,o para ser más exacto, transmitiendo sólo el primer instinto, que debe estar lejano a un proceso sináptico y más pegado a las tripas. Y entonces pienso: "los artistas, como a mí me gustan, su pan y su arte" y me imagino que si fuéramos músicos, Soriano, Nietzsche y yo, nuestra banda roquearía!!
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