sábado, noviembre 30, 2013

Helpless Consumers


All over the place, from the popular culture to the propaganda system, there is constant pressure to make people feel that they are helpless, that the only role they can have is to ratify decisions and to consume.

Noam Chomsky

sábado, noviembre 23, 2013

Leo porque leo


Yo no leo para ser más inteligente,
leo para ignorar un poco menos.
Yo no leo para ser una persona más compleja,
leo para ser alguien más simple.
Yo no leo para enriquecer mi vocabulario,
leo para no endeudarme con mi lengua.
Yo no leo cientos de libros,
leo muchas veces el mismo.
Yo no leo para sentirme realizada,
leo lo que me realiza, para sentirme.
Yo no leo para decir que leo,
leo para sentir otras voces en mi silencio.
Yo no leo para olvidarme de la realidad,
leo para transformar la mía.
Yo no leo para transportarme a otras historias,
leo para que otras historias sean parte de la mía.
Yo no leo para juzgar lo que otros leen,
leo para cuestionarme lo que yo leo.
Yo no leo para creerme mas que otros,
leo para ser mejor que yo misma.
Yo no leo porque vaya a ser mejor persona,
yo leo simplemente porque leo.

Magalí Frutis

jueves, noviembre 14, 2013

Las dos verdades


Según una leyenda de inspiración gnóstica, en el cielo se desarrolló una lucha entre los ángeles en la cual los partidarios de Miguel vencieron a los del Dragón. Los ángeles indecisos que se limitaron a mirar fueron relegados a la Tierra, para que en ella llevasen a cabo la elección a la que no se habían resuelto arriba, elección tanto más penosa cuanto que no traían recuerdo alguno del combate y menos aún de su actitud equívoca. Así, la causa de la historia sería un titubeo y el hombre el resultado de una vacilación original, de la incapacidad para tomar partido en la que se hallaba, antes de su destierro. Arrojado a la tierra para aprender a optar, se verá condenado al acto, a la aventura, en la que podrá brillar sólo si ha asfixiado en sí mismo al espectador. Si el cielo permite, hasta cierto punto, la neutralidad, la historia, por el contrario, aparece como el castigo de quienes, antes de encarnarse, no hallaron ninguna razón para adherirse a un campo en lugar de al otro. Se comprende, pues, que los humanos tengan tanta prisa por abrazar una causa, por aglutinarse alrededor de una verdad. Pero, ¿alrededor de qué clase de verdad? 

El budismo tardío, especialmente la escuela Madyamika, subraya la oposición radical entre la verdad verdadera o paramartha, atributo del liberado, y la verdad relativa o samvriti, verdad velada, verdad de error más exactamente, privilegio o maldición del no emancipado. La verdad verdadera, que asume todos los riesgos, incluso el de la negación de toda verdad y el de la idea misma de verdad, es prerrogativa del inactivo, de quien se coloca deliberadamente fuera del círculo de los actos y sólo se interesa por la apropiación (brusca o metódica, da lo mismo) de la insustancialidad; apropiación que no va acompañada de ningún sentimiento de frustración, pues la apertura a la no-realidad supone un misterioso enriquecimiento. Para él la historia será un mal sueño al que deberá resignarse, dado que nadie está en condiciones de elegir sus propias pesadillas. Para aprehender la esencia del proceso histórico, o más bien su falta de esencia, es preciso rendirse a la evidencia de que todas las verdades que acarrea son verdades erróneas, porque atribuyen una naturaleza propia a lo que carece de ella, una sustancia a aquello que no puede poseerla. La teoría de la doble verdad permite discernir el lugar que ocupa, en la escala de las irrealidades, la historia: paraíso de sonámbulos, obnubilación en marcha. En el fondo, no carece por completo de esencia, puesto que es esencia de  engaño, clave de cuanto ciega, de cuanto ayuda a vivir en el tiempo. 

E.M. Cioran

sábado, noviembre 09, 2013

Los cuatro poetas del portugués


Lees su poesía, los escuchas hablar. Imaginas a los cuatro poetas del portugués, o a los cien, mil o cien mil, o millones que a través de los siglos, sentados a la orilla del mar, pasaron sus días imaginando una lengua capaz de comunicar la suavidad de las olas, la tibieza del mar acariciando el arena, el vaivén de los barcos izando las velas, el ansia de salir y perderse en la inmensidad del azul para llegar a sitios asombrosos e impronunciables, e imaginar sus nombres también. Una lengua capaz de describir la tristeza de la eterna partida, la redondez de este viaje, la aterradora naturaleza de vivir al borde, en el límite del mundo conocido, y consumirse en el apetito de lo desconocido. La verdadera alquimia de descubrir un sonido para capturar, contener y evocarlo todo, toda la belleza, toda la vida, toda la eternidad. Una palabra que se contenga a sí misma y a quien la pronuncie al mismo tiempo, y que los dispare a ambos hacia el cielo como una bengala iluminando los siete mares. 

sábado, noviembre 02, 2013

¿Qué le importaba a Van Gogh tu admiración?


Detesto al lector que ha pagado por su libro, al espectador que ha comprado su butaca, y que a partir de ahí aprovecha el blando almohadón del goce hedónico o la admiración por el genio. ¿Qué le importaba a Van Gogh tu admiración? Lo que él quería era tu complicidad, que trataras de mirar como él estaba mirando con los ojos desollados por un fuego heracliteano. Cuando Saint-Exupéry sentía que amar no es mirarse el uno en los ojos del otro sino mirar juntos en una misma dirección, iba más allá del amor de la pareja porque todo amor va más allá de la pareja si es amor, y yo escupo en la cara del que venga a decirme que ama a Miguel Ángel o a E. E. Cummings sin probarme que por lo menos en una hora extrema ha sido ese amor, ha sido también el otro, ha mirado con él desde su mirada y ha aprendido a mirar como él hacia la apertura infinita que espera y reclama.

Julio Cortázar