Si sabes hacer las cosas, si estás capacitado, si conoces el oficio, si eres mejor en él que los demás, más eficiente, deberías ser retribuído en proporción a tus habilidades.
El puesto ejecutivo, el trabajo gerencial, el puesto administrativo, cuando no tienen sustento, cuando no hay capacidad, cuando no hay preparación, conocimiento ni experiencia, son basura.
No son más que un ancla que detiene el avance y el progreso de cualquier sociedad que los propicie, los cobije, los aprecie y los valorice como una astuta argucia de los más ingeniosos que encuentran la manera fácil para colarse hasta la cima.
En principio no debería haber huecos por donde colarse hacia la cima, sino mecanismos de justa y merecida retribución al trabajo duro por llegar arriba.
El puesto ejecutivo, el trabajo gerencial, el puesto administrativo, cuando no tienen sustento, cuando no hay capacidad, cuando no hay preparación, conocimiento ni experiencia, son basura.
No son más que un ancla que detiene el avance y el progreso de cualquier sociedad que los propicie, los cobije, los aprecie y los valorice como una astuta argucia de los más ingeniosos que encuentran la manera fácil para colarse hasta la cima.
En principio no debería haber huecos por donde colarse hacia la cima, sino mecanismos de justa y merecida retribución al trabajo duro por llegar arriba.
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