Hay quien dice que la vida no vale nada, que así como viene, se va. Así de fácil. Pero es quizá esa fragilidad y fugacidad lo que la hace preciosa, única, invaluable. Sobre todo eso, no es que no tenga valor, sino que su valor es tan grande que no puede ser medido, tal vez ni siquiera comprendido.
En memoria de los miles que perdieron la vida, hace 21 años, en el sismo de la Ciudad de México, y de los héroes que ayudaron a salvar algunas de ellas.
2 comentarios:
esta bien si te pongo en mi blog como link?
Por supuesto, para eso son. Chidos dibujos, cuando ponga links en este blog seguro pongo la liga!
Saludos
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