Noche de sábado en Capital, fui a enterrar lo que seré.
Caminando por Corrientes, los tontos se mordían los dientes.
Yo, en soledad, fui a buscar dolor.
Sólo encontré a la felicidad de ser tan necio,
de no estar sobrio,
de olvidar,
de recordar si me había obligado a no extrañar.
Noche de sábado en capital, fui a bautizar lo que no quiero ser.
Pero era absurdo, es que uno es uno y ya.
Prietto viaja al cosmos con Mariano
1 comentario:
hoy es noche de viernes, bueno casi... un par de horas más y me sumergire en la busqueda de esa felicidad del no estar sobria...
me gusto tu blog... pasare por aqui de nuevo.
SaLuT!
Publicar un comentario