Tus pechos rebosantes de gloria
atentos y erguidos como un par de cadetes custodiando mis sueños
alejando mis pesadillas
Tus pechos enormes como la duda de la existencia
sofocantes como la angustia de no salir vivo de entre ellos
Tus pechos de cumbres filosas
lejanas
inaccesibles
Tus pechos milagrosos pero no de virgen
por donde la vida y la muerte
han pasado sus manos heladas
Tus pechos tan frágiles y preciosos
como la idea de felicidad absoluta
tan profusos y reconfortantes como un viaje de ida y vuelta
Tus pechos dulces como el triunfo inesperado
tibios y redondos como la soledad
o la locura
Misteriosos y atrayentes como los acantilados
Peligrosos y mortales como despeñarse al infinito
como el terror de no probarlos nuevamente
domingo, octubre 16, 2005
Pechos
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