viernes, febrero 12, 2016

Mozart


Mozart es un volcán. Una avalancha. Un huracán. Hay idiotas que no creen que Dios vino al mundo y se hizo hombre. Hace 260 años, una de tantas veces. El Maestro vive. Nos enseña que hay algunas cosas, casi siempre pequeñas y nocturnas, que hacen de la experiencia humana algo soportable y llevadero. Que el genio es infantil, irreverente y sempiterno. Mozart es la locomotora que hala el tren que nunca alcanzaremos. Es una bengala arrojada al pozo desde donde contemplamos atónitos las sombras. Es el cuerno que derriba la muralla del silencio. Su alma derramada nos salpica y nos empapa de gloria, por los siglos de los siglos.