martes, enero 23, 2007

El genio de la multitud


hay suficiente traición, odio violencia absurdo en el ser humano
promedio como para proveer a cualquier ejército cualquier día de estos

y los mejores asesinando son aquellos que predican contra ello
y los mejores odiando son aquellos que predican el amor
y los mejores en la guerra finalmente son aquellos que predican la paz

aquellos que predican a dios, necesitan a dios
aquellos que predican la paz no tienen paz
aquellos que predican la paz no tienen amor

ten cuidado de los predicadores
ten cuidado de los conocedores
ten cuidado de quellos que siempre están leyendo libros
ten cuidado de aquellos que detestan la pobreza
o están orgullosos de ella
ten cuidado de aquellos rápidos para elogiar
porque necesitan el elogio de vuelta
ten cuidado de quellos rápidos para censurar
le tienen miedo a lo que no conocen
ten cuidado de aquellos que buscan multitudes constantes
porque solos no son nada
ten cuidado del hombre promedio la mujer promedio
ten cuidado de su amor, su amor es promedio
busca lo promedio

pero hay genio en su odio
hay suficiente genio en su odio como para matarte
para matar a cualquiera
sin querer soledad
sin entender la soledad
intentarán destruir lo que sea
que difiera de lo suyo
sin ser capaces de crear arte
no entenderán el arte
tomarán su fracaso como creadores
sólo como un fracaso del mundo
sin ser capaces de amar plenamente
creerán que tu amor es incompleto
y entonces te odiarán
y su odio será perfecto

como un diamante reluciente
como un cuchillo
como una montaña
como un tigre
como cicuta

su más fino arte

Charles Bukowski

Pájaro azul


hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que esté ahí dentro.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
hacerme un lío?
¿es que quieres joder
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?

hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.

luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?

Charles Bukowski

viernes, enero 19, 2007

Los hijos de los hombres


Siempre pensé que el fin del mundo sería algo gradual, es decir, que un buen día, por alguna u otra razón, dejarían de crearse vidas nuevas y bastaría con esperar a que se extiguiesen una a una, de manera natural, hasta que todo terminara.
Sería lo justo. De ese modo nadie podría quejarse de que no tuvo oportunidad de vivir plenamente.
Pensaba que sería algo tranquilo, pacífico. Algo como un acto de resignación, de paciencia, convicción o liberación. Todavía no sé cuál de ellas. Pero a grandes rasgos, pensaba que sería algo parecido a lo que relata Ray Bradbury en su cuento "La ultima noche del mundo", en el que, a sabiendas que el mundo acaba una noche, todos se van a dormir felices y con la conciencia tranquila.
Nunca consideré el lado opuesto.
Lo descubrí mientras veía la peícula "Children of Men", en la que la raza humana está al borde de la extinción porque no hay más nacimientos y la gente, en lugar de apreciar y disfrutar lo poco que quedaba de su maravillosa y efímera existencia, se mataban unos a otros, se encerraban en jaulas como animales, aferrados a sus estúpidas ideas de diferencias y ambiciones de poder.

Entonces cambié de opinión. Si la historia nos ha enseñado algo es que el hombre espera la menor excusa para dejar de ser hombre y convertise en bestia. Y esta visión del fin del mundo, aunque más triste, es mucho más cercana a la realidad, a lo que vivimos hoy en día.
Supongo que el fin del mundo no será cuando a Dios o quien sea se le ocurra bajar el switch, sino una auto-desctrucción cuando al hombre se le pase la mano irremediablemente.

Homo homini lupus, el hombre es el lobo del hombre.


Continuará...

miércoles, enero 17, 2007

Quién fuera


Estoy buscando una palabra
en el umbral de tu misterio.
¿Quién fuera Alí Ba-ba?
¿Quién fuera el mítico Simbad?
¿Quién fuera un poderoso sortilegio?
¿Quién fuera encantador?

Estoy buscando una escafandra,
al pie del mar de los delirios.
¿Quién fuera Jacques Custeau?
¿Quién fuera Nemo el capitán?
¿Quién fuera el batiscafo de tu abismo?
¿Quién fuera explorador?

Corazón obscuro,
corazón con muros
corazón que se esconde,
corazón que está donde,
corazón en fuga,
herido de dudas de amor.

Estoy buscando melodía
para tener como llamarte
¿Quién fuera ruiseñor?
¿Quién fuera Lennon y McCartney,
Sindo Garay, Violeta, Chico Buarque?
¿Quién fuera tu trovador?

Corazón obscuro,
corazón con muros
corazón que se esconde,
corazón que está donde,
corazón en fuga,
herido de dudas de amor.

Silvio Rodríguez

domingo, enero 07, 2007

Guitarras


Sin guitarras, la vida sería un error.

Gatos y ventanas

Yo le preguntaría en qué está pensando.

sábado, enero 06, 2007

Día de Reyes


Una pequeña niña pedía monedas en el semáforo sin hacer mucho caso de si recibía o no alguna.
Toda su atención se enfocaba en su muñeca nueva, a la que abrazaba y acariciaba el cabello con ternura.
Entonces pensé que, a pesar de la adversidad, no importa qué tan grande sea, la inocencia y la ilusión renacen de vez en cuando, quizá porque nunca mueren.

miércoles, enero 03, 2007

De la distribucion de la riqueza


Venía escuchando en la radio que el 1% de la población del mundo
posee el 40% de la riqueza total existente en el planeta.

Es vergonzoso.

Y me da un poco de risa pensar que, al morir, ni ese 1%
ni el otro X% que se muere de hambre van a llevarse nada.
Ni el dinero ni el hambre.

Nada.

martes, enero 02, 2007


Soñé que tenía que despedirme
de las orquídeas del campo,
de cada cita que nos falta
como si el tiempo no hubiera bastado.

Y es que a veces no duermo
y tengo que inventarme un sueño
para callar mis palabras,
y creer que camino despierto
y mudo con la idea de encontrarte.


Gilberto Castrejón, de "Alguien puso en mi corazón un lote baldío"